Los muertos siempre nos han llamado la atención, no solo porque dejan de respirar y se pudren a la velocidad de la luz (se descompone a partir de 6 horas), sino porque de alguna forma nos han contado horrible historias acerca del más allá, no solo del cielo y el infierno.
La nigromancia (alteración por el influjo del latín niger, ‘negro’, que proviene de ‘magia negra’) o necromancia (del griego necrós, ‘cadáver’, y manteía, ‘adivinación’) están relacionados con la practica de la magia negra y la adivinación.
Desde el apogeo del espiritismo en el siglo XIX, se practica tanto en el salón oscurecido de una casa, en donde un médium o clarividente establece comunicación con los muertos permitiendo que el alma errante del difunto tome posesión de su cuerpo y de su voz, como en los cementerios, donde se acude a invocar a los fallecidos.
Este tema es un tabú, puesto que el profanar el cadáver de alguien es lo suficiente repulsivo para cualquier persona, pero como se ha visto fue una practica que poco a poco pierde fuerza, por no decir que es algo que no se practica, pero siempre habrá una persona dispuesta a conseguir respuesta sin importar el precio que se deba pagar.
Lo cierto es que la muerte nos causa fascinación, pero la manipulación de los cadáveres es una idea repulsiva y espantosa, ya que puede llevarnos a sentir o imaginar una serie de situaciones ajenas a la realidad y el resultado siempre será el mismo: Terror.
La nigromancia (alteración por el influjo del latín niger, ‘negro’, que proviene de ‘magia negra’) o necromancia (del griego necrós, ‘cadáver’, y manteía, ‘adivinación’) están relacionados con la practica de la magia negra y la adivinación.
Desde el apogeo del espiritismo en el siglo XIX, se practica tanto en el salón oscurecido de una casa, en donde un médium o clarividente establece comunicación con los muertos permitiendo que el alma errante del difunto tome posesión de su cuerpo y de su voz, como en los cementerios, donde se acude a invocar a los fallecidos.
Este tema es un tabú, puesto que el profanar el cadáver de alguien es lo suficiente repulsivo para cualquier persona, pero como se ha visto fue una practica que poco a poco pierde fuerza, por no decir que es algo que no se practica, pero siempre habrá una persona dispuesta a conseguir respuesta sin importar el precio que se deba pagar.
Lo cierto es que la muerte nos causa fascinación, pero la manipulación de los cadáveres es una idea repulsiva y espantosa, ya que puede llevarnos a sentir o imaginar una serie de situaciones ajenas a la realidad y el resultado siempre será el mismo: Terror.
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